¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la Muerte! (General José Millán Astray)
Venceréis, porque tenéis
sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis. (Miguel de Unamuno)
El diálogo ocurrido en 1936 en la
Universidad de Salamanca, durante la guerra civil española, sigue resonando a
pesar del tiempo transcurrido y la disparidad de los interlocutores. Por un
lado, un militar del bando franquista, que liquidaba con un gesto la autonomía
de una institución centenaria. Por el otro, la indefensión de un hombre la
cultura, que solo podía protestar (con no escaso riesgo para su integridad
física) y debía ceder ante el empuje del fanatismo triunfante. Gracias al
miedo, la resignación y el pragmatismo de una mayoría imposible de ignorar, el régimen
autoritario iba a durar cuarenta años, hasta la desaparición previsible y no
obstante demorada de su conductor, Francisco Franco.
Josef Mengele |
Si los responsables de tantos crímenes
contra la humanidad, fueron obligados a cometerlos, como fue su defensa
posterior a la derrota del proyecto nazi, habrá sido porque dejaron de lado
cualquier intento de resistencia ante lo moralmente inaceptable. Pero no lo
hicieron, y solo respaldaron al sistema que anunciaba su programa cruel desde
sus inicios.
¿Qué mejor suerte que
gobernar a hombres que no piensan? (Adolf Hitler)
Pogrom medieval en Frankfurt |
Voltaire |
La llegada de la modernidad supuso un
debilitamiento de esas motivaciones que desdeñaban tanto la piedad como la
razón. La tolerancia, que hasta entonces
había sido considerada complicidad con el error, que merecía ser castigada,
pasó a ser vista como una virtud fundamental por los pensadores del siglo
XVIII, que fue conocido también como el Siglo de las Luces (en oposición a una
oscuridad mental del Medioevo que se pretendía dejar atrás definitivamente).
Yo no estoy de acuerdo
con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.
(Voltaire)
¿Quién se atrevería en el pasado o el
presente a poner en práctica esa idea, sin que lo consideren insensato? Cándido,
el personaje de Voltaire, es un hombre de ideas que no pueden ser más generosas,
pero resultan inaplicables en la realidad. Al menos en este mundo, que es único
que habitamos hasta la fecha, otras convicciones menos civilizadas se han
impuesto.
Concierto de rock |
Mientras la gente común retrocede ante
cualquier empresa que requiere el sacrificio del interés personal en beneficio
de la solidaridad, hay proyectos que obtienen la inmediata adhesión de millones
de seguidores, que sin embargo van a verse perjudicados por la obnubilación de
su comportamiento.
El fanatismo consiste en
redoblar el esfuerzo cuando has olvidado el fin. (George Santayana)
Multitud nazi |
El III Reich desembocó en la Segunda
Guerra Mundial y el exterminio de millones de judíos y gitanos que no tenían
lugar en el proyecto nazi, porque se los responsabilizaba de todos los males
del pasado, que el ascenso de Hitler al poder afirmaba haber dejado atrás.
Debe procurar que solo
engendren hijos los individuos sanos, porque el hecho de que personas enfermas
o incapaces pongan hijos en el mundo es una desgracia, en tanto que abstenerse
de hacerlo es un acto altamente honroso. (Adolf Hitler)
Reverendo Jim Jones |
Vendrán fuerzas armadas
a matarnos a todos, después de torturar a nuestros hijos y ancianos. No debemos
temer a la muerte y nuestra única salida es cometer un suicidio revolucionario.
(...) No teman a la muerte, que es nuestra amiga. (Jim Jones)
Matanza de Guyana |
Aquel que quiere creer, deja de ver los
datos contradictorios o reveladores que la realidad le ofrece y se oponen a sus
convicciones. Voluntariamente el creyente se ciega, para no perder la confianza
en poderes superiores a los suyos, que lo redimen de la experiencia habitual de
debilidad y soledad.
Del hecho de que un
puñado de creencias o puntos de vista sean abrazados por la mayoría, no es una
razón para pensar que, por ese solo hecho, ese puñado de creencias o puntos de
vista sea mejor o más verdadero que cualquier otro. Entre las cosas que cree la
mayoría o que inspiran la cultura, hay varias que cuando se las mira
reflexivamente no son dignas. (Carlos Peña: Preguntas a Francisco)
Nave de refugiados sirios en el Mediterráneo |
Aquellos que comparten estas ideas
simplistas, que en ningún caso suelen ser puestas a prueba, se arriesgan a
cometer delitos que habitualmente condenarían durante épocas menos conflictivas,
porque saben que no están solos en sus convicciones brutales, y hasta creen ser
merecedores de algún reconocimiento, por patriotas, por pensar en el futuro de
sus hijos, en la integridad sexual de sus mujeres, en el perfil genético de su
nación.
El enceguecimiento grupal es una actitud
bastante cómoda, no avergüenza a nadie asumirla cuando está de moda, y mientras
son muchos quienes la comparten, reconforta a quienes se identifican con sus
planteos, se vuelve una convicción plausible y urgente. En el interior de una
cultura donde las instituciones políticas y los medios tienden a aislar a sus
integrantes, para encararlos como simples consumidores, no hay demasiadas
oportunidades de sentirse acompañado, ni de entender la soledad como fortaleza.
Las religiones lograban satisfacer esa
demanda fundamental de comunidad en el pasado, mientras que en la modernidad, una
vez perdido el impacto que tuvieron casi todos los credos, adquieren inusitado
poder el terrorismo y las sectas, que asumen el desafío de unir a la gente en
torno a sus consignas, con resultados tan lamentables como los que registra la
Historia contemporánea. Si la gente se conecta, suele ser para perder el tiempo
o para destruir aquello que se les designa como el enemigo.
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