Espiral ADN |
Lo que la naturaleza hace a ciegas, despacio y sin piedad, el hombre puede hacerlo prudente, rápida y amablemente. (Francis Galton)
En mi barrio, a mediados del siglo XX, ser feo o tener la
piel un poco más oscura que lo habitual, no le impedía a nadie inscribirse en
la escuela pública, ni comprar en los mismos comercios, ni concurrir a los
mismos bailes, pero no dejaba de constituir una desventaja. Los compañeros de
clase y amigos les endilgaban sobrenombres que no siempre causaban mucha gracia
a los aludidos (eran el Negro, el Chino, el Turco, el Ruso, el Gallego, el
Indio).
Cuando se sabía que habían llegado las caravanas de gitanos,
se cerraban las puertas de las casas, se ponían a salvo las gallinas, se
advertía a las chicas casaderas que no hablaran con extraños y se impedía que
los niños jugaran en la calle. Mencionar la discriminación puede parecer
excesivo, pero los comerciantes nunca les hubieran otorgado crédito y las potenciales
parejas de baile se habrían excusado de aceptar invitaciones que permitieran un
contacto más estrecho con los desconocidos.
Caravana de gitanos |
A veces bastaba un pie equino o un labio leporino para
quedar desfavorablemente marcado. Ser nuevo en el barrio, tener un apellido
difícil de pronunciar, o encontrarse lejos del ideal físico dominante en la
sociedad, derivaba en exclusiones inapelables para aquellos que no coincidieran
con el estándar.
Los seres humanos aplican desde épocas inmemoriales normas
empíricas de selección genética, que han permitido la mejora substancial de los
vegetales y animales domésticos. El trigo, tal como lo conocemos hoy, surgió
hace ocho mil años, a partir de la alteración de una gramínea menos útil apta
la alimentación. Una fruta como el
pomelo es un híbrido de la naranja y pampelmusa, desarrollado por la
intervención humana. Las mulas nacen de la cruza organizada de una yegua y un
burro.
Yunta de bueyes |
Cuando se trata de padrillos o toros, los reproductores son
librados de otra tarea que no sea esa, placentera para ellos y útil para sus
propietarios, mientras que los machos restantes, destinados al destino de
bestias de carga, son castrados.
Cuando se observan los éxitos logrados en la crianza de aves
de corral, perros, cerdos y conejos, surge la tentación: ¿por qué no aplicar
esas mismas técnicas a la reproducción de la humanidad? ¿Acaso uno está
conforme con la fealdad y los defectos físicos, las enfermedades hereditarias y
el mal comportamiento social? Siempre existe la alternativa de resignarse y
dejar que el mundo sea tal como era hasta la fecha. Probablemente eso viene
ocurriendo desde el comienzo de los tiempos, con lo que se han desperdiciado
oportunidades y energías en un proceso que no se entiende ni controla. Esa
alternativa impacienta o indigna a muchos.
Los hombres son generalmente
más cuidadosos de la clase de sus caballos y perros, que de sus hijos. (William
Penn: Some fruits of solitude)
Pareja años '20 siglo XX |
En la Antigüedad, los niños nacidos con defectos físicos
evidentes, eran abandonados fuera de los límites de las ciudades, para que el
clima adverso o los perros con hambre se encargaran de ellos. No era una medida
excepcional, asumida por parientes crueles, que podían a ser castigados por
adoptarla, sino las normas habituales de la sociedad, quizás no promovidas
oficialmente, pero tampoco condenadas.
Platón proponía introducir las decisiones del Estado en un
proceso que parece tan difícil de controlar, como el de la atracción sexual que
conduce a la reproducción.
Que los mejores cohabiten con
las mejores, tantas veces como sea posible, y los peores con las peores.
(Platón: La República)
Pareja con Sindrome de Down |
Tener como parientes a parejas de primos hermanos no era
nada raro por entonces, en el ambiente rural, poblado por gente atada al
trabajo de la tierra, dependiente de la autoridad paternal, que disponían de
escasas oportunidades para apartarse de la familia, cuando llegaban a la etapa
de buscar con quien casarse. La institución de la casamentera, todavía activa
en el mundo islámico y judío, que se encargaba de ampliar el radio de la
búsqueda de parejas compatibles, se había perdido en el mundo cristiano.
Desde las últimas décadas del siglo XIX, Francis Galton
diferenciaba a los seres humanos entre aquellos aptos para reproducirse y los
menos aptos, cuyos intentos debían ser desalentados por las instituciones.
Charles Darwin planteaba la selección de los más aptos como uno de los
mecanismos fundamentales de la conservación de la vida (el resto, podía
quedarse en el camino, como intentos fallidos que en buena hora se descontinuaban).
La Eugenesia era una ciencia en desarrollo, controvertida, pero
de todos modos respetada. Figuras progresistas en lo político, como el
dramaturgo George Bernard Shaw o Margaret Sanger, la activista del feminismo,
la defendían sin restricciones. En Intelectuales argentinos como Joaquín V. González
y José Ingenieros compartieron la idea de que la inmigración selectiva (que
incluyera “las mejores razas europeas”) lograría cambiar el perfil del país,
introduciendo hábitos de trabajo, ahorro, que no estaban demasiado afianzados
entre los nativos.
Todo esto no suena demasiado progresista desde la
actualidad. González planteaba regular los matrimonios, impidiendo que se
consumaran entre enfermos de males transmisibles, llegando a esterilizar a los
portadores de rasgos indeseables, para evitar la degeneración de las familias.
El aborto eugenésico (por inviabilidad del feto) y el
terapéutico (aquel que intenta salvar la vida de la madre) fueron incluidos en
el Código Penal de 1922. A pesar de lo anterior, ni la violación ni el incesto
quedaban incluidos como justificativos para la interrupción legal del embarazo.
El trámite era confiado a los conocimientos empíricos y la discreción de las
comadronas, cuando no era practicado por otras mujeres de la familia,
utilizando procedimientos inseguros y clandestinos.
La educación eugenésica conservadora se apoyaba en el temor
a las enfermedades sexuales, no en la Higiene, ni en el uso de preservativos.
Podía haber sexo, siempre y cuando diera dentro del matrimonio, que pasaba a
convertirse en un instrumento de control social. El abogado Bernaldo de Quirós
propuso durante los años ´30 un impuesto a los solteros, similar al que Benito
Mussolini había establecido en Italia en 1927, con el objeto de estimular los
nacimientos.
Desde 1936, el examen prenupcial debía realizarse pocos días
antes de celebrarse un matrimonio. El objetivo era detectar la existencia de
enfermedades venéreas. El VIH no existía por entonces. Ni el Papanicolau, ni la
colposcopia, ni otros exámenes hoy rutinarios, figuraban entre los requisitos
exigidos a las nuevas parejas.
Campo de concentración alemán |
La enormidad del despropósito puede eclipsar la evidencia de
que el proyecto selector de grupos humanos regresó varias veces en el curso de
la Historia del último siglo, solo que aplicándolo a la discriminación y el
exterminio de millones de seres humanos, bajo las más opuestas ideologías.
Toda eugenesia consiste en
controlar la reproducción, realizando selecciones artificiales para mejorar un
colectivo, generalmente llamado raza. Para la eugenesia geneticista ese procedimiento
se realizaba esterilizando individuos indeseables, aunque no existían
intervenciones directas sobre sus cuerpos, sino impedimentos matrimoniales, reducción
de derechos civiles y/o políticos y distintas medidas tendiente a la
autocoacción. (Marisa Miranda)
De acuerdo a esas ideas, convertidas en leyes, aprobadas por
los parlamentos y aplicadas por la Justicia, algunos seres humanos tendrían el
derecho a sobrevivir y reproducirse en libertad, mientras que otros se encontrarían
indefensos, despojados de sus pertenencias y condenados de antemano a
desaparecer lo antes posible y no importando cómo. ¿Acaso cualquiera tiene el
derecho de ocupar este planeta y brindar sus genes a las nuevas generaciones?
Cuando se trata de animales o vegetales, no hay muchas
dudas. Ciertos especímenes son considerados indeseables y se los elimina de
inmediato. No se quieren más terneros con dos cabezas, ni tomates con mal olor,
en el caso de que la caprichosa Naturaleza los haya traído al mundo. No, eso no
sería tolerado, según aquellos que siguiendo a Malthus, están convencidos de
que los recursos del planeta no son infinitos y corresponde a quienes detenta
el Poder administrarlos con rigor.
No parece imposible que pueda
ocurrir entre los hombres cierto grado de mejora, similar a la de los animales,
mediante la atención a la reproducción. Es dudoso que el intelecto se pueda
transmitir, pero el tamaño, la fuerza, la belleza, la tez, y quizás aún la
longevidad, son transmisibles en algún grado. (Thomas Malthus: Un ensayo sobre
la población)
Proyecto Lebensborn |
Los abusos del régimen nazi causaron el descrédito de la Eugenesia
durante un par de generaciones, al punto de ser considerada una seudociencia. En
la actualidad, sin embargo, tras el desarrollo de la Genética, que ha permitido
el conocimiento detallado del ADN, la Eugenesia regresa en muchos ámbitos, como
una idea cada vez más plausible. ¿Por qué permitir que ciertas enfermedades
evitables continúen acosando a la humanidad? ¿Por qué resignarse a que ciertas
malformaciones se perpetúen? ¿Por qué negar la posibilidad de reproducirse a
seres humanos que por su edad o preferencias sexuales no podría hacerlo?
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